domingo, 13 de mayo de 2018

LA IMPORTANCIA DE LOS BUENOS COMIENZOS


En su libro “When. The scientific secrets of perfect timing”, que estamos comentando, Daniel Pink plantea la importancia que en nuestra vidas tienen los comienzos, los finales y los puntos intermedios.

I.- COMIENZOS
En la mayor parte de nuestros esfuerzos debemos estar alertas al poder de los comienzos. Aunque no siempre podemos elegir cuando comenzar una tarea podemos ejercer alguna influencia sobre los comienzos y una considerable influencia en las consecuencias de los que no podemos considerar como ideales. La receta es clara: en la mayor parte de nuestros empeños debemos ser consciente del poder de los comienzos y procurar que sean los adecuados y si no lo conseguimos tenemos que procurar comenzar de nuevo.

El autor propone tres claves para conseguir que sean exitosos:

1.- Comenzar en el momento adecuado. Por ejemplo se ha podido observar a través de diversos estudios que el rendimiento académico es menor si se comienzan las actividades antes de la 8 y media  de la mañana. La Academia Americana de Pediatría recomienda que los colegios e institutos no empiecen sus clases antes de las 8 y media de la mañana.

2.- Volver a comenzar en el caso de que nuestras resoluciones no las hayamos cumplido tomando como punto de referencia una fecha determinada. El primer día del año es lo que los científicos sociales llaman un punto de referencia temporal. Al igual que los seres humanos nos apoyamos en ellos para navegar a través del mundo espacial: “para llegar a casa debo torcer  a la izquierda al llegar a la gasolinera….”, también los utilizamos en los aspectos temporales y por ejemplo algunas fechas concretas pueden actuar como la gasolinera.. destacan entre el resto de los días y su preeminencia nos van a permitir encontrar nuestro camino.

Para establecer un nuevo comienzo las personas utilizamos dos tipos de puntos de referencia temporales:

a).- Sociales. Son aquellos que todos compartimos: los lunes, el comienzo de un mes, el inicio de las vacaciones,…

b).- Personales. Son individuales: los cumpleaños, aniversarios, fechas de cambios de trabajo,….
Ambos sirven a dos propósitos:

Primero: permiten a las personas abrir “cuentas mentales” nuevas. Este periodo nuevo ofrece la oportunidad de volver a comenzar relegando el pasado, desconectándonos de los errores o incumplimientos  cometidos y nos permite que volvamos a tener confianza en nosotros mismos. Fortalecidos por esta nueva seguridad sentimos que vamos a ser capaces de comportarnos mejor que en el pasado.

Segundo: nos facilita el que podamos ver “el bosque”, al interrumpir la atención en las minucias cotidianas y favorecer el que tengamos una visión más completa de nuestras vidas y nos enfoquemos más en alcanzar nuestras metas. Si pensamos en los puntos de referencia espaciales de nuevo podemos observar cómo podemos conducir de forma automática durante horas sin darnos cuenta de lo  que nos rodea pero las luces d elos letreros de la gasolinera de repente captan nuestra atención. Lo mismo ocurre con las fechas de comienzo nuevas. Daniel Kahneman distingue  entre el pensamiento rápido que nos lleva a tomar decisiones basadas en el instinto y distorsionadas por nuestro prejuicios cognitivos y el pensamiento lento en el que las decisiones se apoyan en la razón y están guiadas por deliberaciones cuidadosas. Los puntos de referencia temporales enlentecen nuestro pensamiento permitiendo que deliberemos a más alto nivel y que tomemos mejores decisiones.

Las implicaciones de este efecto del “comienzo nuevo y original” son personales y sociales. Los individuos que han comenzado inadecuadamente un nuevo trabajo, proyecto o iniciativa para mejorar la salud o el aspecto, por ejemplo, pueden rectificar y alterar su curso utilizando un punto de referencia temporal para comenzar de nuevo.

Hengchen Dai, Katherine Milkman y Jason Riis han encontrado en sus estudios que el imbuir a un día normal con un significado personal genera el poder de activar nuevos comienzos. Investigaciones recientes han mostrado, también, que los equipos pueden utilizar esta técnica. Por ejemplo un equipo ha podido comenzar el año con malos resultados y en lugar de esperar al segundo trimestre para comenzar de nuevo puede encontrar un momento que tenga un significado especial, como el aniversario del lanzamiento de un producto clave, para volver a comenzar sin esperar. Por tanto, el generar nuestros puntos de referencia temporales, especialmente aquellos que tienen un significado personal, nos facilita la recuperación de malos comienzos y la posibilidad de comenzar de nuevo adecuadamente.

3.- Comenzar juntos.  Es el caso de situaciones que demandan para su solución un abordaje colectivo y no individual, porque el resultado de no intentar una corrección para todo un grupo va a ser que se van a ir produciendo malos comienzos para todos.Útil, por ejemplo en el caso de incorporaciones a puestos de trabajo en los que, como puede ser el caso de los residentes éstos se incorporan a un equipo de profesionales con experiencia y no en un momento, como pueden ser las vacaciones, en que se encuentren solos sin apoyo. De esta forma en lugar de convertir un mal comienzo en un problema inevitable para un individuo se aborda como un problema evitable para un equipo o grupo.

Pink considera que la mejor forma de recuperarnos de un mal comienzo es evitarlo y que la mejor técnica para hacerlo es a través de realizar un “premortem” que consiste en analizar cuáles pueden ser las causas de que un proyecto fracase, visualizando el escenario "futuro” y preguntarnos a nosotros mismos y a nuestro equipo qué es lo que fue mal ( escasez de recursos asignados, demasiadas o pocas personas asignadas, falta de liderazgo, ….). Al imaginar los fallos antes de que se produzcan, al reflexionar sobre lo que pudo ocasionar ese mal comienzo, podemos anticipar algunos de los problemas potenciales y evitarlos una vez que se inicie el proyecto real.

El autor ofrece las siguientes recomendaciones sobre cuándo debemos procurar ir los primeros y cuándo no:

A.- COMENZAR LOS PRIMEROS:

a).- Si participamos en una votación las investigaciones demuestran que los votantes seleccionan, normalmente,  el primer nombre de la lista.

b).- Si no somos la única opción y otra persona u organización está realizando ya el trabajo al que aspiramos el ser los primeros puede ayudar que  los que tienen que tomar la decisión  nos contemplen con una mirada más fresca.

c).- Si existen relativamente pocos candidatos (cinco o menos) ser el primero nos puede ayudar al tener la ventaja del “efecto primario”,  que consiste en la tendencia que tienen las personas a recordar la primera parte de una serie mejor que lo que vienen después.   

d).- Si nos entrevistamos para un puesto en el que existen muchos buenos candidatos. Uri Simonsohn y Francesca Gino examinaron más de 9000 entrevistas de acceso a MBA y encontraron que los entrevistadores con frecuencia sumen que un pequeño número de candidatos representan a todo el espectro y si encuentran a varios buenos aspirantes en el inicio del proceso tienden a ser  más exigentes y a buscar más fallos en los que entrevistan más tarde.

B).- NO COMENZAR LOS PRIMEROS:

a).- Si eres la elección  por defecto  o predeterminada es mejor no ser el primero en ser examinado ya que los “jueces” tienden a conformarse con este tipo de aspirantes cunado están cansados y no al inicio de las sesiones.

b).- Si existen muchos candidatos, no necesariamente  buenos, ser de los últimos puede conceder una pequeña ventaja   y ser el último una gran ventaja. Al comienzo de una competición Adam Galinsky y Maurice Sweitzer han observado que los jueces suelen tener unos estándares idealizados de excelencia que van siendo más realistas mientras ésta avanza, lo que favorece a los competidores finales, que tienen además la ventaja añadida de ver lo que han hecho los que les han precedido.

c).- Si el entorno es incierto no ser el primero puede ser beneficiosos porque permite ir viendo cuáles son las expectativas del que tiene que tomar la decisión.

d).- Si los candidatos son mediocres ir al final permite ver cómo podemos resaltar nuestras fortalezas.
En relación con los comienzos Pink destaca, también, la importancia de tener una buena entrada cuando iniciamos un nuevo trabajo y para ello propone las siguientes recomendaciones basadas en distintas investigaciones:

1.- Comenzar antes de empezar. Michael Watkins sugiere escoger un día y momento determinados para visualizarnos a nosotros mismos “tranformandonos” en nuestro nuevo rol, para de este modo abandonar el pasado y construir una nueva imagen de nosotros.

2.- Dejar que nuestros resultados hablen. Un nuevo trabajo puede ser abrumador porque requiere que nos hagamos un lugar dentro de la jerarquía de la organización. Muchas personas tienden a hipercompensar esta inquietud inicial procurando reafirmarse  demasiado pronto y demasiado rápidamente. Esto puede ser contraproducente, por ejemplo un estudio de Corinne Bendersky sugiere que con el tiempo los extrovertidos pierden puestos en el estatus del equipo. Por tanto, al principio debemos concentrarnos en obtener pequeños logros significativos y cuando hayamos ganado un determinado estatus por medio de la excelencia de nuestro trabajo podremos sentirnos libres para ser más asertivos.

3.- Almacenar nuestra motivación. El primer día de nuestro nuevo rol nos sentiremos llenos de energía, pero qué pasa cuando ha transcurrido un mes. La motivación se presenta en oleadas por lo que B. J. Fogg recomienda aprovechar las ventajas de estas “olas de motivación” para sobreponernos a los momentos de depresión, organizando el trabajo de forma que éstas fases nos afecten menos.

4.-  Mantener la moral mediante pequeños éxitos. Comenzar un nuevo trabajo no es similar a recuperarnos de una adicción pero programas como Alcohólicos Anónimos pueden aportarnos algunas ideas, ya que, por ejemplo, no piden que sus miembros adopten la sobriedad para siempre desde el primer momento sino que les piden que la mantengan de 24 en 24 horas, lo que pueden considerarse como pequeños éxitos. Teresa Amabile tras examinar 12.000 anotaciones diarias de cientos de trabajadores encontró que el factor motivador más importante era el progresar en un trabajo que tenga un sentido. Los éxitos no tienen que ser muy grandes para  tener un sentido. Al comenzar un nuevo trabajo debemos marcarnos unas metas pequeñas pero que tengamos muchas posibilidades de alcanzar y celebrarlas cuando las logremos. Nos ofrecerán la motivación y energía  necesarias para acometer desafíos más complicados.                                       



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