miércoles, 17 de enero de 2018

POR QUÉ ABANDONAMOS LAS ORGANIZACIONES


Lori Goler, Janelle Gale, Bry Harrington y Adam Grant en hbr.org del pasado 11 de enero plantean que parece que existe consenso sobre la exactitud del dicho popular que mantiene que las personas no dejan un trabajo sino que dejan a un jefe, pero que una encuesta realizada entre los trabajadores de Facebook mostró que realmente lo que hacía que abandonasen la empresa era que no disfrutaban con su trabajo, que no se utilizaban sus fortalezas y capacidades y que no estaban creciendo profesionalmente.

Indirectamente, por tanto, los jefes son la causa ya que  ellos son responsables de la forma en la que está organizado el trabajo. Por tanto si los directivos quieren mantener a sus profesionales, especialmente a sus “estrellas” deben dedicar más atención a la forma en que está diseñado su trabajo. La mayoría de las organizaciones diseñan los puestos de trabajo y luego colocan a las personas en ellos, mientras que los buenos directivos siempre que pueden hacen lo contrario y cuando encuentran a colaboradores con talento están abiertos a crear puestos específicos para ellos.

La mayor parte de las personas tenemos pasiones que no se satisfacen en el trabajo porque carecemos del talento para ello, de la oportunidad o de los medios para que afloren, pero el hecho de tener que realizar otras tareas profesionales no hace que desaparezcan y como pasamos gran parte del día en el trabajo no existe normalmente tiempo para satisfacerlas por medio de los hobbies, por lo que buscamos formas de introducir estas pasiones en nuestros trabajos.

Los directivos juegan un papel importante en el diseño de trabajos motivadores y con un significado. Los mejores procuran ayudar a los profesionales para que puedan disfrutar con su trabajo, aunque pueda suponer sacarles de tareas en las que destacan. El problema surge porque en la mayor parte de las ocasiones los directivos no conocen qué es lo que apasiona a sus colaboradores y sólo se lo plantean en la entrevistas de salida cuando los departamentos de recursos humanos intentan averiguar la razón por la que el profesional con talento abandona la empresa. Para evitar esto Adam Grant ha trabajado con los responsables de múltiples organizaciones de distintos sectores para diseñar entrevistas de entrada. La primera semana en el trabajo los directivos y mandos intermedios se reúnen con los nuevos profesionales y les preguntan cuáles han sido los proyectos favoritos en los que han trabajado, cuáles han sido los momentos en los que se han sentido con mayor energía y más motivados y aquellos en los que se han sentido inmersos en un estado de “flujo” y cuáles son las pasiones que tienen fuera del trabajo. Armados con esta información los directivos pueden diseñar trabajos atractivos desde el principio que les van a permitir que utilicen todas sus habilidades. De esta forma se crean, también, oportunidades para la utilización de todas las fortalezas de los profesionales.
Crear nuevos roles no es la única forma de optimizar la utilización de las fortalezas. En un mundo conectado una gran parte de conseguir hacer el trabajo se basa en buscar y compartir el conocimiento. Algunas estimaciones sugieren que los trabajadores del conocimiento dedican más de la cuarta parte de su tiempo a buscar información. Los directivos pueden ayudar ya que saben quién sabe qué y pueden conectar a las personas o construir una base de datos de expertos. El objetivo es exponer las fortalezas de los profesionales para que sus compañeros sepan con  quién tienen que contactar cuando necesitan determinada información o conocimiento.

Las personas dejan sus trabajos y es responsabilidad de los directivos el diseño de roles que sean atractivos para que éstas no los quieran abandonar. Los grandes jefes protegen a sus colaboradores de la toxicidad y abren puertas hacia tareas con significado y oportunidades de aprendizaje que permiten que sus profesionales se sientan motivados por los proyectos a realizar, den lo mejor de sí mismos y puedan avanzar profesionalmente sin que se resienta su vida privada. Si encontramos un jefe que se preocupa por nuestra felicidad y nuestro éxito profesional y personal estaremos en un trabajo que no querremos abandonar y no podremos imaginar trabajar en otro lugar.


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