domingo, 5 de abril de 2015

LAS PREGUNTAS QUE TODO LÍDER DEBE HACERSE


John C. Maxwell,  en su libro”Good leaders ask great questions”, que estamos comentando, plantea que toda persona que aspire a ser un líder  debe hacerse fundamentalmente,  las siguientes preguntas:

I.- ¿CUALQUIER PERSONA TIENE EL POTENCIAL DE SER UN LÍDER EFICAZ?

El autor opina que la respuesta es que todos tenemos el potencial de ser líderes a un determinado nivel y tenemos la capacidad de  mejorar nuestras competencias para ello. En el desarrollo del liderazgo intervienen tres componentes:

1.- El entorno, la encarnación del liderazgo.Éste ejerce una enorme influencia en las personas. Si crecemos en uno de liderazgo positivo seremos capaces de reconocer nuestras propias habilidades de liderazgo y éstas serán estimuladas para que florezcan. El ambiente adecuado facilita el aprendizaje. Si no hemos estado en contacto con un entorno de estas características tendremos dificultades para ser conscientes de lo que supone liderar. William Bernhach, director de una agencia de publicidad, dice en este sentido: “Me divierte cuando los competidores tratan de contratar a mis profesionales. Tendrían que “contratar” a todo el entorno. Para que una planta dé flores, necesitas la tierra adecuada, además de las semillas”.

Maxwell destaca las siguientes características para poder identificar un entorno de crecimiento:

a).- Otros están por delante de mí.

b).- Me enfrento a retos continuamente.

c).- Me centro en avanzar.

d).- La atmósfera es asertiva.

e).- Con frecuencia me encuentro fuera de mi zona de confort.

f).- Me siento estimulado.

g).- Los errores no son mis enemigos.

h).- Otros están creciendo.

i).- Mis compañeros fomentan los cambios.

j).- El crecimiento se diseña y se demanda.

2.- La exposición, la inspiración del liderazgo. Uno de los factores que más ayudan al desarrollo del liderazgo es el contacto con grandes líderes. Se puede lograr leyendo sus obras, escuchando sus conferencias y haciéndoles preguntas.

3.- La formación, la intención de liderar. El liderazgo tiene un componente muy importante de influencia y podemos aprender cómo conectar con las personas, cómo comunicarnos, planificar, priorizar  y diseñar estrategias para conseguir que las personas trabajen juntas. Tenemos la capacidad de adquirir las competencias necesarias para ser buenos líderes.

II.- ¿CÓMO PODEMOS SER LÍDERES EN NUESTRO PUESTO ACTUAL, AUNQUE ESTEMOS EN EL NIVEL MÁS BAJO DEL ESCALAFÓN?

La buen noticia, según el autor, es que podemos ser líderes independientemente de la posición que ocupemos. Lo único que necesitamos para empezar es sentir el deseo de liderar y la disposición a aprender. La clave está en la influencia.

El liderazgo comienza con la influencia. Ésta es una invitación que cualquiera hace a otra persona. Es una elección que hacemos, pero el hecho de que podamos tener influencia sobre una persona no quiere decir que lo tengamos sobre todas, ya que cada una es distinta. Nunca debemos olvidar que la influencia conlleva una enorme responsabilidad ya que va a afectar al bienestar de las personas sobre las que la ejercemos, por lo que debemos procurar que ésta sea positiva y no negativa, añadiéndoles valor.

III.- ¿CUÁL ES EL PROPÓSITO ÚLTIMO DEL LIDERAZGO?

El liderazgo se tiene que centrar fundamentalmente en lograr añadir valor a las personas. Para lograrlo Maxwell propone:

1.- Escuchar sus historias y hacer preguntas. No podemos llegar a comprender a las personas hasta que conocemos su vida. Si lo hacemos, entenderemos sus esperanzas, sus aspiraciones y aquello que les ha dañado. Seremos capaces de ponernos en su lugar, de saber lo que es importante para ellos y de transmitirles que nos preocupamos por ellos y que deseamos añadir valor a sus vidas.

2.- Poner a los demás por delante. Demasiados líderes piensan que el liderazgo consiste en pensar sólo en sí mismos y en sus intereses particulares. Los buenos líderes se centran en las necesidades y deseos de las personas que lideran y, dentro de sus posibilidades, procuran que éstas sean su prioridad.

3.- Creer en las personas. Si queremos ayudar a los demás debemos creer en ellos. Si somos capaces de encontrar las fortalezas  de cada persona y les demostramos que las valoramos estamos ayudando, no sólo a la persona, sino a la organización y a nuestra labor como líderes.

4.- Diseñar planes en los que encajen las visiones de los profesionales y de la organización. Si conocemos lo que los mueve y entendemos sus esperanzas y sueños tenemos el potencial de añadirles valor hablando con ellos sobre la forma de alcanzar su visión al tiempo que hacen su trabajo para alcanzar, también, los objetivos de la organización. Posteriormente se pueden formular planes conjuntos.

5.- Ayudar a los colaboradores hasta que alcanzan sus metas. Consiste en acompañarles a lo largo de todo el camino.

IV.- ¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE DELEGAR Y ABDICAR DE NUESTRAS RESPONSABILIDADES?

Cuando los líderes asignan tareas a otros normalmente lo hacen de dos formas: delegan o descargan en los demás. La segunda opción es indiscriminada y no considera las fortalezas o debilidades de la persona a la que supuestamente se le encarga el trabajo. Supone una forma de abdicar de nuestras responsabilidades al ignorar las necesidades de información del profesional y si tiene la formación apropiada, al tiempo que  manifiesta un deseo de librarse de un problema. Los buenos líderes, por el contrario, siempre tienen en cuenta las habilidades, conocimientos e intereses de la persona que tiene que realizar una tarea y buscan a la persona adecuada. Delegan estableciendo unas metas claras, concediendo la autoridad para poder realizar el trabajo, facilitando los recursos necesarios y la suficiente autonomía para que el profesional pueda actuar con independencia en la toma de decisiones, sin olvidar que están delegando la autoridad no la responsabilidad.

V.- ¿CUÁL ES EL MAYOR RETO AL RESPONDER A LA LLAMADA DEL LIDERAZGO?
El mayor reto, según el autor, se encuentra en tomar decisiones que afectan a otras personas. Estas pueden ser:

1.- Decisiones valientes: lo que se tiene que hacer. Peter Drucker decía: “Siempre que encuentres una organización que tiene éxito alguien ha tomado en alguna ocasión una decisión valiente”. El progreso con frecuencia es el resultado de la adopción por los líderes de  decisiones difíciles.

2.- Decisiones prioritarias: lo que debe hacerse primero. Es responsabilidad de los líderes el mirar hacia delante, el tener la visión global y el tomar decisiones basadas en las prioridades de su equipo y de la organización.

3.- Decisiones de cambio: lo que tiene que hacerse de forma diferente.  Una de las funciones principales del líder es ser un agente del  cambio en las organizaciones para vencer a las resistencias al mismo por parte de muchos profesionales.

4.- Decisiones creativas: lo que puede ser posible. Los buenos líderes ayudan a sus equipos a romper barreras y a pensar de forma creativa, siendo ellos los primeros que utilizan otras formas de pensamiento, como el lateral.

5.- Decisiones sobre personas: quién tiene o no tiene que estar involucrado. Las decisiones más difíciles suelen implicar a personas. No es fácil encontrar a la persona adecuada para cada trabajo o más complicado aún decidir si una persona debe seguir formando parte de un equipo.

VI.- ¿PUEDE UN LÍDER LIDERAR Y SERVIR AL MISMO TIEMPO?

Un malentendido frecuente es el que mantiene que el rol de los seguidores es el de servir y el de los líderes es ser servidos. Los líderes que asumen que el liderazgo es un servicio consideran que:

1.- El servicio a los demás es una actitud.

2.- El servicio a los demás es una motivación. Robert Greenleaf,  director del Robert K. Greenleaf Center for Servant Leadership, del que hemos hablado en una entrada anterior, dice:”El líder orientado al servicio sirve primero: todo comienza con el sentimiento natural de que queremos servir. Luego la elección consciente es aspirar a liderar para garantizar que las prioridades de los otros están por delante de las nuestras”.

3.- El servicio a los demás es un valor. Si valoramos a los demás queremos añadirles valor y servirles. Sin las personas nuestro éxito como líder estaría muy limitado. El autor mantiene que no puede imaginar el liderazgo sin servicio y el servicio sin liderazgo.

Los grandes líderes sirven, ven su rol como uno de servicio, facilitador, aportador de valor, fomentador de triunfos, pero lo hacen tranquilamente, sin llamar la atención.

Maxwell recomienda que nos hagamos las siguientes preguntas para comprobar si nuestra motivación como líderes es el servicio:

¿Por qué quiero liderar a otros?

¿Qué valor tiene le estatus para mí?

¿Los demás trabajan para mí o conmigo?

¿Estoy contento de servir a los demás y lo hago con alegría?

¿Es mi equipo mejor porque yo estoy en él?

¿Exactamente por qué es mejor?

VII.- ¿CUÁLES SON LAS HABILIDADES PRINCIPALES REQUERIDAS PARA LIDERAR EN TIEMPOS DIFÍCILES?

La mejor manera de abordar las complicaciones es tratar de verlas como oportunidades. Como líderes debemos ser capaces de ayudar a los demás a solucionar sus problemas, asumir  sus responsabilidades y trabajar para que las cosas sean mejores. El autor propone que para liderar y servir a las personas durante tiempos difíciles debemos:

1.- Definir la realidad. La reacción de la mayoría de las personas ante una crisis es decir: “Vamos a olvidar todo”. Por esto Peter Drucker decía: “ Un tiempo turbulento es peligroso, pero el mayor riesgo está en la tentación de negar esa realidad”. Por tanto una de las funciones principales del líder es definir las cosas que están entorpeciendo y frenando a los demás para ayudar a que se liberen.

2.- Recordar el marco global. En momentos complicados el líder debe recordar cuál es la misión última y facilitar la visión de un marco general, que ayude a superar las incertidumbres.

3.- Ayudar a desarrollar un plan. Antes de definir una estrategia para salir de una situación difícil debemos saber dónde estamos y adonde queremos llegar. Si hemos ayudado a nuestros colaboradores al definir una realidad y al mostrarles el marco global nuestra siguiente tarea será ayudarles a  identificar los pasos que hay que dar para llegar de un lugar a otro.

4.- Lograr que sus elecciones sean las adecuadas. Ayudarles a que descubran cuáles son las mejores opciones.

5.- Valorar y promover el trabajo en equipo. Cuando nos enfrentamos a momentos complicados todos deben trabajar juntos si quieren salir de la situación. Ningún equipo puede ganar y continuar ganando si no trabajan unidos. Es la responsabilidad del líder  promover el trabajo en equipo y conseguir que  sus miembros colaboren y trabajen juntos.

6.- Transmitir esperanza. La función del líder en tiempos de crisis es recordar a sus profesionales las posibilidades que pueden surgir de ésta y ayudarles a superarla.

VIII.- ¿ES POSIBLE SER UN LÍDER EN TODAS LAS FACETAS DE NUESTRA VIDA?

La respuesta es negativa. No podemos influir en todas las personas con las que nos cruzamos, no tenemos tiempo suficiente. Desarrollar la influencia es un proceso que necesita el desarrollo de relaciones. Por tanto debemos elegir en qué facetas de nuestra vida queremos ser influyentes y ser líderes eficaces.




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